Análisis e introducción al retiro de Ayahuasca, San Pedro y Tabaco, a través de ceremonias tradicionales, para la sanación y despertar de la conciencia. Seminario sobre Chamanismo tradicional amazónico en Suiza.
Durante los últimos catorce años, las ceremonias han sido organizadas unas cuatro o cinco veces al año, creando fuertes lazos entre los participantes a través del tiempo, dando forma a una comunidad suiza que fomenta la curación personal y el despertar de la conciencia a través de la ceremonia, la meditación y las plantas medicinales. Las ceremonias se llevan a cabo a través de un retiro de un fin de semana en una hermosa zona agreste ubicada en la zona francófona de Suiza.
Las ceremonias son una experiencia profunda: se mantienen fieles a las tradiciones Shuar de la Amazonia ecuatoriana, y no han sido alteradas en ningún aspecto para adaptarse a las comodidades «occidentales». Por esta razón, no cualquiera está preparado para experimentar este tipo de ceremonias.
Abriendo el espacio con tabaco, la sangre de Arutam, trayendo calma a la mente, centrando, llegando. El Tumank guiándonos lentamente, intensificando la sensación de la medicina que sentimos en nuestros cuerpos.
El canto despertando resistencias, sacudiendo nuestras estructuras de ilusión, nuestras justificaciones de errores y engaños, nuestras construcciones sobre nosotros mismos, nuestras creencias erróneas.
Pueden surgir patrones y visiones, para ser comprendidos y transformados en nuestra vida diaria. Los sonidos del Kaer intensificando las vibraciones internas… Las enseñanzas de los ancianos, palabras de sabiduría, resonando en nuestras almas. Entrando en nuestros corazones hasta lo profundo de la existencia.
La flauta y el tabaco trabajando al unísono, cambiando los patrones, conduciendo hacia una claridad inmensa, una comprensión profundamente sentida — paz.
Cada ceremonia es diferente, guiándome en el camino chamánico, un camino de verdad y responsabilidad. Las transmisiones y enseñanzas gotean en mi vida diaria como gotas de lluvia que caen sobre la tierra — nutriendo, haciendo crecer la semilla que estaba dormida, ahora floreciendo.
Una sensibilidad más alta, demandando mi atención, exigiendo cambios — de mí mismo, de mi vida — para ser un ser humano mejor. Este trabajo no es solo para nosotros mismos, sino para el mundo, para el Espíritu. Para el cuidado de todo lo que es.
Ayu
Nina
Tendrás la oportunidad de experimentar la Ayahuasca, el Tabaco y el San Pedro que comparte la comunidad suiza, en compañía del arte de la curación y sabiduría de Arutam Ruymán.
La mayoría de quienes participan en las mismas están buscando cambiar algo sustancial en sus vidas. Muchos regresan varias veces cuando advierten los beneficios que éstas le aportan a sus vidas cotidianas y a sus relaciones.
Son muchos los que quieren continuar con el trabajo para liberarse de los patrones y tendencias que están arraigados a causa de los condicionamientos sociales, causa de tanto sufrimiento, tanto físico como espiritual.
Durante los últimos cinco años, las ceremonias en Suiza han ayudado a muchos participantes. Las ceremonias están abiertas para cualquiera que quiera experimentar una conexión profunda con su interior, y despertar sus propias sensibilidades en la vida diaria.
Una o dos noches
Las ceremonias se realizan en una casa con dormitorios y duchas en una hermosa zona agreste
Limitado a 20-25 personas
El precio cubre las expensas de la ceremonia, incluyendo la comida, los suministros y el alojamiento. Por favor, comunícate con nosotros, para más detalle, en el link de abajo.
Si estás interesado en asistir a una conferencia o ceremonia, por favor no dudes en enviarnos un mensaje a través del formulario ubicado más abajo. El organizador se pondrá en contacto contigo por email y puede que quiera hablar contigo por teléfono para aclarar cualquier duda.
El ritual con ayahuasca, profundamente arraigado en las tradiciones indígenas de la Amazonía, despierta una mezcla de curiosidad, dudas y búsqueda espiritual entre quienes se aproximan a esta experiencia por primera vez. Más allá de su dimensión mística, el rito implica una preparación consciente y un entendimiento claro de su contexto cultural.
En esta sección de preguntas frecuentes, encontrarás respuestas esenciales para orientarte en los aspectos prácticos, éticos y simbólicos del ritual, favoreciendo una participación informada y respetuosa.
Toda práctica con ayahuasca debe considerar la seguridad como fundamento. Un ritual de este tipo exige la guía de un chamán experimentado, que haya trabajado profundamente con la planta y sepa acompañar estados de conciencia amplificados.
Es importante realizar una evaluación previa antes del ritual, para conocer el estado físico, emocional y energético de cada persona. El entorno debe estar cuidadosamente dispuesto: silencioso, estable y propicio para la introspección.
Quienes acompañan deben observar con atención y tener un conocimiento íntimo de la planta y sus efectos, para resguardar el proceso en su totalidad.
El camino hacia una toma de ayahuasca comienza antes del encuentro. Se sugiere cuidar la alimentación, descansar el cuerpo, silenciar la mente y proteger la energía sexual. Estas acciones preparan el terreno interno para que la medicina pueda obrar con mayor claridad.
Quien se dispone con humildad y atención, se abre a una experiencia más profunda. Y así como la preparación es importante, también lo es lo que viene después: continuar con estos cuidados al menos dos semanas permite que lo vivido se estabilice y se integre con sentido.
Durante el proceso con ayahuasca, la persona puede atravesar experiencias de gran apertura emocional o espiritual. En esos momentos, el rol del maestro es clave: alguien con recorrido profundo, capaz de acompañar desde el silencio o intervenir con sabiduría cuando se requiere.
El equipo que asiste también debe estar preparado para actuar con prudencia, cuidando la armonía del entorno y la experiencia colectiva. Acompañar no significa dirigir, sino sostener. Ese sostén se extiende a toda la comunidad presente, protegiendo la delicadeza del grupo y asegurando un espacio donde todos puedan transitar su proceso con confianza.
No todas las personas en tratamiento médico o psicológico están en condiciones de realizar un proceso con ayahuasca. Existen medicamentos que pueden interferir con los efectos de la planta, y también situaciones emocionales que requieren resguardo especial.
Por eso, es esencial informar con claridad el estado personal antes de iniciar el trabajo. El acompañamiento adecuado comienza desde ese primer diálogo, y debe basarse siempre en el discernimiento, la prudencia y el respeto por cada historia.
El proceso con ayahuasca ofrece una oportunidad profunda de transformación, tanto física como emocional y espiritual. A menudo invita a mirar hacia adentro, hacia lo que cuesta: memorias dolorosas, patrones arraigados o partes negadas.
Pero al atravesar esos momentos con coraje y compromiso interior, se abre un espacio donde la persona puede reconectarse con lo sagrado, fortalecer su energía vital y reencontrar una orientación más clara y auténtica en su vida.
El ritual con ayahuasca puede abrir espacios muy profundos dentro de la persona, pero la verdadera transformación se asienta después. La integración comienza cuando volvemos a lo cotidiano y permitimos que lo vivido nos hable desde los gestos simples.
Cuidar el cuerpo, mantener la calma interior y alejarnos un poco del ritmo acelerado son formas de sostener el proceso. La clave está en no olvidarlo, no apagarlo con distracciones. Un ritual bien llevado deja señales claras, y la integración consiste en seguirlas con atención y verdad.
El camino del chamanismo solo puede vivirse plenamente dentro de un linaje ancestral. No es una mezcla de ideas, sino un conjunto de rituales vivos que han sido transmitidos por generaciones. Esos rituales no se repiten sin sentido: se actualizan con cada maestro, con cada aprendiz sincero.
Un linaje no es una jerarquía rígida, sino una forma de cuidar lo sagrado. Los rituales enseñan más que mil palabras, porque despiertan una comprensión directa. Aprenderlos dentro de un linaje permite vivir su potencia sin distorsión. El linaje protege. Protege al que enseña, al que aprende y al ritual mismo. Cuando se corta esa cadena, el poder se debilita.
Por eso, en chamanismo, la transmisión viva es lo que mantiene encendida la llama. Hoy, en medio de una gran confusión, los rituales verdaderos son faros. Nos recuerdan de dónde venimos y hacia dónde podemos ir, si caminamos con respeto, entrega y verdad.
El Uwishin no ejerce un rol técnico en la ceremonia: es canal y presencia viva. Desde su unión con el espíritu, su tarea es contener, guiar y despertar a través del canto. Ese canto no nace del pensamiento, sino del instante.
Cada vibración es un puente hacia lo esencial, hacia lo que el participante necesita ver, sentir o soltar. No es un canto bonito: es fuerza de sanación. Vibra en lo profundo y guía el proceso sin palabras.
Solo alguien entrenado en esta tradición puede ocupar ese lugar. No es una función externa, sino una presencia que habita el espacio desde la pureza, la sensibilidad y el conocimiento profundo del alma humana.
En el contexto ritual amazónico, la ayahuasca —llamada Natem por los pueblos originarios— es considerada una planta maestra por su capacidad de transformar, enseñar y sanar desde lo profundo. No se trata de una sustancia cualquiera, sino de un espíritu sabio que orienta desde adentro.
Durante el ritual, Natem actúa como un espejo de verdad: expone los velos del ego, las heridas internas y los conflictos no resueltos. Aunque desafiante, esta experiencia ofrece una limpieza real, que libera lo que impide crecer. Así, esta planta maestra revela lo esencial que habita en cada uno.
El poder de Natem está en lo que despierta: una energía vital que sana, reorganiza y reactiva el vínculo con el plano espiritual. Por eso, en rituales bien guiados y respetuosos de su tradición, la ayahuasca se convierte en un canal profundo de reconexión con lo sagrado y con uno mismo.
En el ritual sagrado de ayahuasca, el tabaco ocupa un lugar central como planta maestra. Los pueblos amazónicos, como los Shuar, lo consideran la sangre de Arutam: una expresión viva del Gran Espíritu en la Tierra.
No se fuma: se prepara en agua y se inhala con reverencia al inicio del ritual, como preparación del alma, y al cierre, como acto de coronación espiritual. Su presencia permite enfocar la mente, alinear el cuerpo, y abrir el corazón a lo que está por revelarse. A lo largo del ritual, el tabaco sirve como ancla y canal.
El chamán lo usa con sabiduría, en momentos claves, para guiar, proteger o despertar. Es una medicina poderosa que vibra en sintonía con el Todo. En su esencia, el tabaco canta el recuerdo de la unidad.
En un ritual tradicional con ayahuasca no hay lugar para lo superficial. No se trata de una experiencia curiosa o alternativa, sino de una práctica espiritual seria, con raíces profundas en la tradición chamánica amazónica.
Se necesita un guía auténtico, preparación consciente y un corazón dispuesto a entrar en lo desconocido. La ayahuasca, como planta maestra, no concede caprichos: revela. Y lo que muestra puede ser duro.
Confronta las máscaras, limpia la mente de engaños, y nos enfrenta con aquello que llevamos evitando toda la vida. Por eso el ritual no es fácil, pero es verdadero.
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