Enseñanzas sobre la tradición chamánica de la selva amazónica en Rusia. Retiros de Ayahuasca, Tabaco, San Pedro y plantas de la tradición «Shuar» en nuestro centro, en la selva amazónica del Ecuador, Sudamérica, para la familia rusa: unioninarutam.org/ayahuasca-retiros-ecuador/
Me siento muy afortunado del tiempo que he podido compartir con, un día hombres desconocidos y disintos para mí, hoy mis hermanos, mi querida familia rusa. Todos han aprendido mucho del sentir que mis abuelos me entregaron en la selva. Pero mucho he aprendido yo en todos los rincones que he pisado: de norte a sur, del este al oeste, en vuestra tierra. Muchos me acompañaron a la selva a escuchar la voz de Arutam en la Cascada; mostrando el corazón de una gente noble y fuerte. Es asombroso cómo han persistido a lo largo del tiempo, cómo se han convertido en un ejemplo, no sólo para los suyos, sino para el mundo.
El tiempo nos ha hecho más fuertes, más unidos. Ha llenado nuestro silencio del misterio de la Vida. Hemos crecido más humildes, ricos por no necesitar calmar deseos que nos consumían sin sentido. Sencillos, porque podemos mirar un mundo que muchos comparten y que ya no esclaviza nuestra felicidad. Muchos sois hoy seres de paz que pueden encarnar, ante los suyos, un verdadero ejemplo de libertad, de esperanza. Profundo es hoy nuestro descanso… y así hemos aprendido a bañarlo, en las oscuras aguas del Tabaco.
-Arutam Ruymán
Enseñanzas con Ruymán en Sochi, Rusia
«La larga búsqueda de la paz en el remanso del amor, presencia pura del Espíritu, me ha llevado al encuentro con el Maestro Ruymán. La enseñanza ancestral, los encuentros vivos y su música fina; me ayudaron a encontrar el sentido de la Vida a través de la conexión con el Gran Espíritu, pues El me habla con la hoja del Tabaco. El arte y sabiduría de Ruymán me enseña a cuidar el Espiritu y honrar todas sus formas, en este hermoso mundo. Soy feliz así, profundizando en ese estado con mi corazón, él poco a poco se despierta sintiendo la Vida: su pulso, su ritmo… El Tabaco habla en mi cuerpo a través del rezo, haciéndose mi sangre y conectándome con Arutam. Por todo ello, inmensa es mi gratitud».
-Irina, San Petersburgo
Experimenta las enseñanzas y prácticas del chamanismo tradicional Amazónico en Ecuador a través de retiros que ofrecen ceremonias con plantas medicinales y maestras. Estas ofrendas están diseñadas para facilitar la curación y el despertar de la consciencia.
– Julio de 2025 por comfirmar
– Del 10 al 31 de Enero de 2026
Es posible participar en retiros más cortos durante este mismo periodo.
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Si estás interesado en asistir a un retiro o ceremonia, por favor no dudes en enviarnos un mensaje a través del formulario ubicado más abajo. El organizador se pondrá en contacto contigo por email y puede que quiera hablar contigo por teléfono para aclarar cualquier duda.
Los rituales de ayahuasca, transmisores de saberes ancestrales de diversas culturas amazónicas, despiertan un profundo interés entre quienes se acercan por primera vez a estas prácticas. Cada ceremonia está impregnada de simbolismo, conexión espiritual y una estructura que requiere comprensión y respeto.
En este apartado de preguntas frecuentes, se abordan inquietudes comunes para ofrecer una visión clara y respetuosa sobre el contexto, la preparación personal y la vivencia de los rituales, facilitando una experiencia consciente y bien orientada.
La seguridad debe estar en el centro los rituales con ayahuasca. Esta medicina ancestral requiere la presencia de un guía con experiencia auténtica en el uso de plantas maestras y en el acompañamiento de procesos internos profundos.
Antes del ritual, es esencial hacer una evaluación personal que permita comprender el estado físico y emocional de quien va a participar. El ritual debe tener lugar en un entorno natural y protegido, donde se respete el silencio, el cuidado energético y el espacio interno de cada persona.
Quienes acompañan el proceso deben conocer profundamente la planta y su efecto en cada ser, garantizando así el resguardo del camino espiritual.
En la toma de ayahuasca, es esencial llegar con el cuerpo y el espíritu en calma. La preparación incluye limpiezas físicas mediante dieta, la exclusión de sustancias pesadas o alteradoras, y una actitud de recogimiento.
La energía sexual también debe ser resguardada, como una forma de conservar la fuerza vital que sostiene el ritual interior. Estas prácticas no terminan al finalizar la experiencia. Se recomienda mantenerlas durante al menos dos semanas más, para que los frutos del trabajo puedan echar raíces y florecer en la vida cotidiana.
En el transcurso del proceso con ayahuasca pueden surgir emociones intensas, aperturas espirituales y momentos sensibles. La presencia de un maestro con conocimiento real del camino es esencial: su guía no se basa en el control, sino en la comprensión silenciosa y la capacidad de actuar cuando es necesario.
Un equipo con experiencia también es parte del resguardo, ofreciendo apoyo sin interferir, cuidando el orden energético del espacio y respetando el momento de cada participante. Además del cuidado individual, también es importante velar por el grupo como un todo, sosteniendo el tejido humano que se construye esa noche.
El proceso con ayahuasca puede dar lugar a una transformación profunda en el cuerpo, en las emociones y en el alma. No se trata solo de imágenes o sensaciones intensas, sino de un trabajo real que ayuda a liberar bloqueos antiguos y recuperar el contacto con lo esencial.
Muchas veces, eso requiere atravesar temores, heridas del pasado o partes de uno mismo que estaban ocultas. Es al pasar por ese umbral con determinación y valentía que surge lo más verdadero: una conexión viva con lo espiritual, una mayor energía vital y un sentido renovado de dirección interior.
Después de los rituales con ayahuasca comienza otra etapa igual de importante que la ceremonia misma. La integración no es solo entender, sino vivir de otra manera: con más conciencia, más coherencia y más conexión con lo esencial.
Las imágenes, sensaciones o decisiones que aparecen en el ritual se expresan después en la forma en que nos relacionamos, cómo trabajamos, cómo nos cuidamos. El ritual deja una semilla, pero integrarla es una tarea personal que requiere atención, cuidado y presencia en lo real.
El verdadero chamanismo no se improvisa: se transmite. Y su transmisión no es teórica, sino ritual. Aprender dentro de un linaje ancestral es entrar en una forma de vida donde cada paso tiene sentido, porque ha sido probado en la selva, en el silencio, en el fuego de los rituales.
Un ritual no es solo una secuencia de actos: es una forma de abrirse al misterio, de tocar lo que no se ve. Los linajes chamánicos conservan esos rituales vivos, no como repetición, sino como expresión directa del espíritu. Allí se forma el que busca. Seguir un linaje es confiar en lo invisible. Es dejarse moldear por lo que uno no comprende del todo, pero que resuena profundamente.
Es también una forma de honrar: a los ancestros, a la vida, al misterio que nos atraviesa. En tiempos de fragmentación, el ritual verdadero es el que sigue anclado a una tradición viva. Y quien de verdad desea caminar el sendero del chamanismo, inevitablemente busca ese linaje, porque allí se respira la verdad.
El Uwishin no se sitúa como un guía externo: se convierte en parte viva de la ceremonia. Desde un estado expandido de conciencia, sostiene el espacio sin necesidad de palabras. Sus cantos brotan del vínculo con el espíritu y se adaptan a lo que ocurre, como una medicina invisible que se mueve entre los presentes.
No es música: es poder que actúa. Por eso, es fundamental que quien sostenga ese lugar haya sido formado en la tradición, haya purificado su cuerpo y su mente, y tenga la fuerza interna necesaria para guiar con claridad incluso en medio de la confusión o el dolor.
Dentro del ritual amazónico tradicional, la ayahuasca — conocida como Natem entre los pueblos shuar— es vista como una planta maestra, portadora de sabiduría, fuerza y capacidad de transformación. No es simplemente una sustancia enteógena: es una presencia espiritual con propósito.
Durante el ritual, Natem refleja con claridad los mecanismos del ego, las emociones reprimidas y los patrones de sufrimiento. A través de una experiencia intensa, pero profundamente curativa, esta planta maestra ayuda a liberar y recordar lo esencial que permanece oculto en la vida cotidiana.
Su fuerza está en lo que despierta: una energía vital que limpia, ordena y reestablece la conexión con lo trascendente. Por eso, en rituales auténticos, guiados por maestros con preparación, la ayahuasca se convierte en una herramienta sagrada de sanación y reconexión interior.
Dentro del ritual amazónico de ayahuasca, el tabaco es una planta maestra fundamental. Los Shuar lo consideran la sangre de Arutam, el Gran Espíritu, y su uso no es decorativo: es parte de la estructura espiritual del ritual.
El tabaco se prepara en agua oscura y se inhala con respeto al comenzar el ritual, y nuevamente al terminarlo. Así abre el camino y luego lo corona, como una espiral que lleva de regreso al centro. Limpia, enfoca, despierta y protege. Durante los rituales de ayahuasca, el Uwishin utiliza el tabaco para sostener el espacio, intensificar la visión o calmarla cuando es necesario. Su espíritu es orden y verdad.
El tabaco despierta una memoria profunda en quienes lo toman con respeto: el recuerdo vivo de que siempre fuimos parte del Todo.
Los rituales con ayahuasca, tal como se practica en las tradiciones chamánicas más puras, no tiene nada que ver con un acto recreativo. Es un evento sagrado, profundamente transformador, que solo puede vivirse con respeto, preparación y bajo la guía de un maestro que conozca el territorio espiritual.
En este ritual no se busca placer ni experiencias extraordinarias: se busca la verdad. La planta maestra abre el corazón, limpia lo que bloquea, y deja ver lo esencial. Todo eso sucede dentro de un espacio ritual que protege y dirige el proceso hacia un sentido más alto, más allá de lo personal. Y es en los momentos incómodos donde se revela la autenticidad del participante.
Quien busca emociones fuertes o diversión se verá superado, atrapado en su propia negación. Pero quien ha venido a sanar y a recordar, se sostendrá incluso en la tormenta, y allí encontrará el regalo más grande del ritual: el reencuentro con su espíritu.
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