Iniciación al chamanismo Shuar con múltiples Ceremonias de Ayahuasca y Tabaco, y practicas mas avanzadas como la Ceremonia de Cascada, Tunakaramamu y Natemamu, en plena Amazonia Ecuatoriana.
Seminarios de alta calidad guiados por el maestro Arutam Ruymán, junto a un equipo experimentado y a nuestra familia Shuar, comprometidos en sostener y acompañar cada paso del camino.
Ruymán y Rosa durante las enseñanzas
El centro de sanación y enseñanza tradicional en la selva, de Arutam Ruymán y Jordi Tucán Rojo; pretende perpetuar la cultura del chamanismo en el corazón mismo de su origen, la Amazonía. Bajo la dirección del gran hermano Tucán Rojo, se compromete con la protección y conservación del medio ambiente en una forma de vida ecológica y tradicional. Se afana en mantener vivo el encantamiento de la selva, cuidar el crecimiento de las medicinas y dejar un camino profundo y real para las futuras generaciones.
El chamanismo es un arte cada día más ausente y desprovisto de sus raíces y verdadero conocimiento. La confusión y manipulación ha hecho mella en este arte, en estos tiempos, y desparecerá si no se perpetua su verdad en los corazones y en la tierra.
En el centro apostamos por cuidar el conocimiento y la integración con el medio, por eso se realizan retiros en la reserva primaria del Sangay, Morona Santiago, Ecuador, donde el centro se esparce en cientos de hectáreas en el corazón de la selva y sus cascadas.
En estos retiros, se pretende acercar el hombre al Espíritu, a través de la convivencia con la naturaleza incorrupta que nuestros abuelos sintieron y vivieron. Se utiliza el sagrado conocimiento del Chamanismo, la transmisión, enseñanza y guía de Arutam Ruymán; la experiencia de los hermanos mayores; la sencillez y humildad de la rica vida de los antiguos; las plantas de poder y medicinas ancestrales de la selva; los rituales tradicionales; etc
Conoce mas sobre Cumbres de Arutam: el lugar donde se desarrollan nuestro proyecto y los retiros.
La duración de los retiros puede ser larga, especialmente si hablamos de aprendizaje, prácticas serias con medicinas fuertes, transmisiones de poder (Tsentsak), rituales iniciáticos. La práctica en la selva, en sus cascadas y demás, requiere también recorrer largos caminos, pernoctar, ayuno, preparación, sincera devoción, entendimiento profundo y la aprobación de Ruymán. Un trabajo largo y completo para practicantes experimentados, tiene una duración media de unos 21 días.
El centro se encuentra en plena disposición de recibir interesados en iniciarse o explorar formas avanzadas y tradicionales de práctica chamánica. De acuerdo a una entrevista previa, se recibirá al público en dos formas de retiro:
preparación para el natemamu
La forma mas recomendable para personas que quieran conocer e iniciarse. Se realizan de entre tres a cuatro ceremonias con Natem (Ayahuasca) cada semana. Podría ser posible practicar, al menos una vez, con el cactus andino del San Pedro.
Se mantiene una enseñanza, meditación y práctica diaria disciplinada con el Tabaco amazónico. Cada ceremonia suele tener una duración ritualística de ocho horas, donde el trance se prolonga, en función de la capacidad del individuo y su esfuerzo, casi hasta la tarde del día siguiente.
Con la aplicación de las enseñanzas, sumergidos en la selva, recorriendo el camino bajo los auspicios de Arutam Ruymán; casi todo el tiempo del retiro uno permanece en trance aprendiendo a cuidar el tacto sagrado de la Vida. Esta es la razón por lo que usted no está visitando un centro de retiros donde simplemente se ofrece alojamiento, comida, nuevas relaciones sociales y una experiencia innovadora. Usted debe estar interesado en un profundo camino ancestral, donde aprenderá a vivir y sentir como los antiguos nativos de la Amazonía, de manos de un Chamán. Por esta razón, antes de tomar una decisión como querer participar, al menos debe leer el blog de esta página, ver nuestras películas en los canales e informarse bien del compromiso y seriedad implícito en esta forma de práctica tradicional.
Río en nuestro centro: “Cumbres de Arutam”
Preparando ceremonia de Ayahuasca tradicional Shuar: “Natemamu”
Por ejemplo se ofrecen encuentros en la mañana y tarde para enseñar y comulgar con el Tabaco y otras hierbas, conferencias, enseñanzas, cuentos, leyendas, rituales abiertos tradicionales, pequeñas muestras de música, fabricación de instrumentos tradicionales, preparación de medicinas, pequeños retiros con dieta y ceremonias, etc.
Después de las dos primeras semanas de retiro, los estudiantes más experimentados y resilientes se unirán a nosotros para una tercera semana, donde daremos nuestro mayor esfuerzo.
Se iniciará al público en la ceremonia tradicional de Cascada (Tuna Karamamu), donde se comienza el camino para aprender a soñar, bebiendo Tabaco y pernoctando en las cascadas de la selva. Después de recibir la purificación del Tuna, los estudiantes regresarán para comenzar el ritual más avanzado y antiguo de la tradición Shuar, el Natemamu. Esta práctica, desafiante pero valiosa, ofrece a los practicantes occidentales una conexión profunda con la selva y el espíritu.
Finalizaríamos entonces nuestro trabajo con al menos tres ceremonias más de Natem, con opción a que una de ellas sea San Pedro de nuevo. No cabe decir que la profundidad del trance y entendimiento de la Unión con la Vida es muchísimo mas notable ahora.
Todo el retiro será guiado por el Maestro Arutam Ruymán, con la presencia de nuestra querida abuela y anciana, Rosa Jimpikit, quien compartirá con nosotros su sabiduría y relatos orales sobre la cultura y tradición Shuar.
Aunque el Chamanismo es un camino gradual de aprendizaje y todo conocimiento interior llega a su tiempo a medida que nos acercamos a Arutam, organizamos talleres y programas abiertos para dar a conocer diversas ramas de su arte y abrir su experiencia al mundo.
Con un máximo de 20 participantes, las plazas deben ser reservadas inmediatamente tras la entrevista, mediante transferencia bancaria de una parte del monto total. Las personas que desean decidir tras la primera semana, el continuar o no con la segunda, se les avisará con antelación en caso de verse comprometida esa posibilidad por la alta demanda.
El precio incluye alojamiento individual y compartido en casas tradicionales nativas o de madera. En el centro ofrecemos espacios con miradores a las montañas y selva, para la meditación y práctica espiritual. Se tomarán cuidados a la hora de ubicar a los participantes y que se sientan todos cómodos. Los baños son naturales, en la selva.
La dieta está también incluida. Es cuidadosamente optimizada para obtener el mejor rendimiento posible durante el trabajo. Por momentos es muy tradicional y rigurosa, por momentos generosa y más ordinaria. Revise dieta y demás información relacionada en el aparatado del blog correspondiente.
En caso de requerimientos especiales como: transporte a la llegada al aeropuerto, dietas especiales, enfermedades, medicación, etc. Infórmenos.
– Una semana
– Dos semanas
– Tres semanas (Avanzado)
Las ceremonias se realizan en una casa con dormitorios y duchas en una hermosa zona agreste
Limitado a 20 personas
El precio cubre las expensas de la ceremonia, incluyendo la comida, los suministros y el alojamiento. Por favor, comunícate con nosotros, para más detalle, en el link de abajo.
Si estás interesado, por favor envíanos un mensaje. Si aún no nos conoces, es importante que conversemos antes de acceder a una experiencia tan profunda en la selva. Cada persona llega como visitante y huésped, comenzando sus primeros procesos junto a Ruymán. Más adelante, si es posible, podremos avanzar hacia prácticas más comprometidas.
Puedes encontrar toda la información sobre los retiros e instalaciones en cumbresdearutam.com.
También puedes consultar nuestras preguntas frecuentes sobre el proceso de aplicación, la vida diaria, las pautas y más.
📍 Cumbres de Arutam – Parque Nacional Sangay, Palora, Morona Santiago, Ecuador
Los retiros de ayahuasca en Ecuador representan una oportunidad profunda de conexión interior, sanación espiritual y contacto directo con la sabiduría ancestral amazónica. Guiados por facilitadores experimentados y en entornos naturales de gran belleza y energía, estos retiros ofrecen un espacio seguro para la transformación personal.
Sabemos que esta experiencia puede generar muchas dudas y emociones. Por ello, las siguientes preguntas frecuentes han sido diseñadas para ayudarte a comprender mejor cómo se desarrollan los retiros, qué puedes esperar y cómo prepararte para vivir esta medicina desde el respeto, la conciencia y la apertura del corazón.
En un retiro tradicional de varios días en la selva amazónica, la seguridad no es solo una precaución: es una base esencial. Cada proceso se lleva a cabo bajo la guía directa del maestro Ruymán, con décadas de experiencia, y con el acompañamiento permanente de un equipo atento y preparado.
Antes de comenzar, se realiza una evaluación individual para comprender el estado físico, emocional y espiritual de cada participante, y se entregan orientaciones específicas para la preparación. El entorno natural, alejado del ruido del mundo, está cuidadosamente dispuesto para resguardar el silencio, la atención y la contención necesaria durante las ceremonias.
A lo largo del retiro, se mantiene una presencia constante y respetuosa, velando por cada persona y por el grupo entero, en un marco de trabajo profundo, exigente y profundamente tradicional.
Participar en un retiro largo en la selva amazónica requiere una preparación cuidadosa y profunda. Se recomienda comenzar varias semanas antes con una dieta que limpie el cuerpo y lo vuelva más receptivo, eliminando sustancias pesadas, estimulantes y alimentos que bloquean la energía.
También es importante cuidar la energía sexual, reducir la exposición a estímulos intensos y fomentar la introspección. Esta preparación no es un simple requisito, sino una forma de alinearse con el trabajo que se va a realizar.
Nuestros retiros en la selva son exigentes, tanto por la intensidad del proceso como por el número de ceremonias, por lo que llegar con disciplina y disposición interna es esencial. Todos estos cuidados deben mantenerse también al menos dos semanas después del retiro, para permitir que lo vivido se asiente, y la energía y claridad alcanzadas puedan integrarse en la vida cotidiana.
No todas las personas que están bajo tratamiento médico o psicológico pueden participar en un retiro con ayahuasca en la selva. Existen medicamentos que pueden generar interacciones peligrosas con la planta, y ciertos estados emocionales o mentales que requieren una evaluación cuidadosa antes de avanzar.
Este retiro es especialmente exigente, tanto física como psicológicamente. Por eso, es fundamental compartir esta información con total claridad antes de iniciar el proceso. En nuestros retiros, esta evaluación se realiza con responsabilidad, teniendo en cuenta la intensidad del trabajo y el entorno selvático en el que se desarrolla.
Todo está dispuesto para que la experiencia sea segura y transformadora, pero solo cuando la persona se encuentra realmente preparada para asumirla.
Un retiro prolongado en la selva amazónica ofrece una oportunidad única de transformación profunda. Al estar varios días inmersos en la naturaleza, lejos del ruido del mundo, se abre un espacio interior donde pueden aflorar memorias, comprensiones y estados que en la vida cotidiana suelen permanecer ocultos.
El contacto constante con la selva —el canto de la selva, la lluvia, el fuego— y el silencio de estar sin redes ni distracciones, permite que algo más esencial despierte dentro nuestro. Pero ese mismo tiempo también nos lleva más lejos hacia adentro, a territorios que no siempre son luminosos.
En un retiro largo hay espacio para tocar el dolor, para atravesar la sombra y sostenerla con coraje. Y es precisamente ahí donde el proceso se vuelve más transformador: cuando damos todo, cuando no esquivamos lo difícil, cuando permanecemos. La ayahuasca limpia, revela y alinea.
Y en este contexto, permite que lo que emerge no sea solo comprensión, sino una forma más viva, clara y verdadera de habitarse a uno mismo.
Un retiro prolongado en la selva no termina cuando concluyen las ceremonias. Al contrario: todo lo vivido necesita ser asentado con conciencia y cuidado. En estos retiros, por su duración y profundidad, se abren capas muy profundas del ser, y se transitan momentos intensos, tanto de sanación como de confrontación con uno mismo. Justamente por eso, el proceso de integración es tan importante.
Al regresar a la vida cotidiana, es fundamental sostener una actitud atenta, evitar estímulos que dispersan, cuidar la alimentación, el descanso y el entorno. Pero sobre todo, integrar significa llevar a la práctica lo que se comprendió, aplicarlo en la forma de vivir, de hablar, de actuar. Este tipo de retiro deja huellas muy profundas, y solo cuando lo vivido se transforma en acción, en elección y en coherencia, el trabajo verdaderamente se completa.
El camino del chamanismo no puede improvisarse. Es un aprendizaje que solo cobra sentido cuando está sostenido por un linaje ancestral, por la experiencia acumulada de generaciones que han abierto la relación con el mundo espiritual en la selva, desde la práctica y la verdad.
Aprender desde esa raíz no es solo una cuestión de respeto, sino una necesidad para sostener cualquier verdadero retiro. Un linaje no es una estructura cerrada: es una corriente viva que se transmite de maestro a discípulo, en el silencio de la selva, en la escucha del cuerpo, en la medicina compartida con propósito.
En un retiro de ayahuasca prolongado, lejos de lo cotidiano, se despierta una forma diferente de habitar el mundo, una manera más nítida de reconocerse. Seguir un linaje es confiar en lo que ya ha sido probado, en lo que resiste el paso del tiempo porque está enraizado en la experiencia.
Es asumir una responsabilidad: cuidar ese legado, recibirlo con gratitud y ofrecerlo con verdad. En un mundo lleno de atajos y caminos confusos, quienes realmente buscan una transformación eligen un retiro guiado por una tradición viva. Porque solo allí, en la selva, en el contacto directo con los sabios, puede florecer la memoria profunda del espíritu.
En la tradición Shuar, la guía espiritual no se improvisa. El Uwishin es quien ha sido preparado durante años para sostener un proceso que toca lo más delicado del ser humano. Su función va mucho más allá de dirigir un rito: es custodio de una fuerza que debe ser tratada con profundo respeto.
En un retiro prolongado en la selva, donde el entorno despierta memorias antiguas y el trabajo se vuelve más exigente, su presencia es aún más necesaria. El Uwishin no solo canta: transmite. Sus rezos, recibidos de los abuelos, abren caminos invisibles y permiten que la medicina actúe con claridad y dirección.
Arutam Ruymán, formado directamente por los mayores, encarna este rol con fidelidad y entrega. En cada ceremonia, su conocimiento del alma humana, su sensibilidad y su fuerza espiritual permiten atravesar incluso los momentos más complejos, sin perder el rumbo. Sin una guía así, el viaje puede desorientar. Con ella, se vuelve sagrado.
En la tradición amazónica, la ayahuasca —conocida entre los Shuar como Natem— no es vista simplemente como una planta visionaria, sino como una auténtica maestra espiritual. Se le honra como un espíritu con inteligencia y poder propios, capaz de revelar, sanar y transformar profundamente al ser humano cuando se la toma con respeto y dentro de un marco tradicional.
Durante un retiro prolongado en la selva, Natem se vuelve una aliada indispensable. Actúa como espejo: saca a la luz los condicionamientos, los patrones destructivos, el sufrimiento no expresado y las emociones que permanecían ocultas. No suaviza lo que muestra, y esa crudeza es parte de su potencia.
Pero no se limita a señalar: reorganiza, limpia, despierta lo esencial, y lo hace desde adentro, donde ninguna palabra podría alcanzar. En un retiro así, donde cada jornada forma parte de un proceso continuo, la selva actúa como un espejo sin filtros. A cada paso, la medicina se profundiza: no se trata solo de lo que muestra, sino de lo que mueve y desmantela.
Sin interferencias externas, y bajo la guía de un maestro verdaderamente realizado, la planta maestra puede actuar con precisión y sin distracciones, llevando al practicante a una reconexión radical con su esencia.
En una ceremonia tradicional con ayahuasca, el tabaco no es una ayuda ni un soporte: es el momento culminante. Es la planta que sella el proceso, la que permite alcanzar la verdadera realización espiritual.
Su uso está profundamente enraizado en las culturas amazónicas, y entre los Shuar, es considerado la sangre de Arutam, el Gran Espíritu. Se toma al comienzo de la ceremonia como puerta de entrada, pero es al final donde revela su papel más profundo. Después de haber atravesado visiones, limpiezas, y estados de apertura, el tabaco lleva la conciencia a su punto más alto: une todo lo vivido, lo corona.
Es entonces cuando la experiencia se completa y se reconoce en totalidad. Sin este momento, el trabajo queda inconcluso. Por eso, en una ceremonia auténtica, el tabaco no es opcional ni decorativo. Es una planta maestra que sostiene, guía y concluye. A través de él, el Uwishin entrega el último rezo, el acto final que une al participante con el todo. No es un cierre simbólico: es la consumación del encuentro con el Espíritu.
Un retiro con ayahuasca en la selva ecuatoriana no es, bajo ningún punto de vista, una experiencia recreativa. Este no es un espacio para el entretenimiento, ni para quienes buscan emociones fuertes sin asumir las consecuencias.
Es una vivencia profunda, diseñada para quienes desean transformar su vida desde la raíz, acompañados por un maestro con verdadera experiencia y compromiso espiritual. Durante el retiro, la planta maestra no entretiene ni alivia superficialmente: revela. Saca a la luz lo que estaba oculto, rompe las máscaras, confronta los miedos, y permite reencontrarse con lo más esencial.
Todo esto ocurre en un entorno natural poderoso, dentro de un trabajo espiritual guiado y prolongado, donde cada noche y cada silencio tienen un sentido. Y cuando llegan los momentos difíciles —que siempre llegan —, se pone en evidencia la sinceridad de quien vino a buscar.
El que se resiste a mirar lo que le duele, lo que evita o lo que no quiere soltar, termina generando tensión para sí mismo y para los demás. En cambio, quien se entrega con humildad, encuentra en ese mismo cruce el verdadero portal hacia la sanación, y vuelve del retiro con algo verdadero, vivo y duradero en el corazón.
Una ceremonia con ayahuasca no es, en absoluto, una experiencia recreativa. Quien se acerca buscando sensaciones nuevas o alguna forma de evasión, se está alejando del verdadero sentido de este camino.
La planta sagrada, utilizada por generaciones de pueblos originarios en la selva, exige respeto, compromiso y la guía de un maestro que sostenga con experiencia el espacio ceremonial. La ayahuasca no viene a distraer: viene a mostrar lo verdadero.
Saca a la luz lo que escondemos, confronta nuestros mecanismos de defensa, nos desnuda por dentro y nos devuelve al corazón. Solo en una ceremonia bien dirigida, con tradición y entrega, ese proceso puede tener lugar de forma segura y profunda. Y es en los momentos más difíciles donde se ve la intención real del que busca.
El que viene por curiosidad o con ganas de experimentar se encontrará con lo que rehúye, y probablemente se resista. Esa resistencia genera confusión, no solo para uno mismo, sino también para los demás. En cambio, quien se entrega con humildad, encuentra en ese mismo punto de quiebre una puerta hacia la verdadera transformación.
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