Seminario sobre Chamanismo en Argentina: Análisis e introducción al retiro de Ayahuasca

Análisis e introducción a la práctica con Ayahuasca, San Pedro y Tabaco, a través de ceremonias tradicionales, para la sanación y despertar de la conciencia. Seminario sobre Chamanismo tradicional amazónico en Argentina.

Ceremonias en Argentina

Es en verdad una gran suerte que en Argentina podamos contar con la presencia de Arutam Ruymán. Creo que muchos podríamos decir, que su presencia en nuestras vidas ha sido como una abundante lluvia para nuestros sedientos espiritus; sus cantos, vientos de esperanza y una demostración del poder del hombre y la naturaleza; sus rezos, ecos de un hombre sabio que cuida el recuerdo de sus abuelos.

En Córdoba y Buenos Aires, se formaron dos lindas familias. Hermanas y hermanos, que hemos podido compartir hasta ahora momentos únicos e irrepetibles, atravesando nuestros propios miedos y barreras, y hemos crecido y hemos mejorado. Es notable la perseverancia de muchos, que han mostrado ser valientes guerreros del camino.

Ruymán ha venido a compartir su medicina, su corazón y su consejo, y ha demostrado con su delicado y serio trabajo una calidad auténtica, indiscutible.

Su mensaje ha pulido en nosotros la certeza de que es posible encontrar la paz en estos tiempos, crecer y transitar el camino del alma. Ayu.

-Jordi Tucán Rojo

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Tomando tabaco en las sierras de cordoba

¿Para quiénes son estas ceremonias sobre práctica con Ayahuasca? 

La mayoría de quienes participan en las mismas están buscando cambiar algo sustancial en sus vidas. Muchos regresan varias veces cuando advierten los beneficios que éstas le aportan a sus vidas cotidianas y a sus relaciones.

Son muchos los que quieren continuar con el trabajo para liberarse de los patrones y tendencias que están arraigados a causa de los condicionamientos sociales, que son la causa de tanto sufrimiento, tanto físico como espiritual.  

Los seminarios sobre ceremonias y práctica con Ayahuasca están abiertos para cualquiera que quiera experimentar una conexión profunda con su interior, y despertar sus propias sensibilidades en la vida diaria

Retiros 

DURACIÓN

Una o dos noches

COMIDA Y ALOJAMIENTO

Las ceremonias se realizan en una casa con dormitorios y duchas en una hermosa zona agreste

TAMAÑO DE CADA GRUPO

Limitado a 20-25 personas

PRECIO

El precio cubre las expensas de la ceremonia, incluyendo la comida, los suministros y el alojamiento. Por favor, comunícate con nosotros, para más detalle, en el link de abajo.

Contacta con el organizador

Si estás interesado en asistir a una conferencia o ceremonia, por favor no dudes en enviarnos un mensaje a través del formulario ubicado más abajo. El organizador se pondrá en contacto contigo por email y puede que quiera hablar contigo por teléfono o en persona para aclarar cualquier posible duda.

Preguntas Frecuentes

La práctica con ayahuasca, entendida desde una perspectiva ancestral amazónica, genera muchas preguntas entre quienes se acercan por primera vez a esta temática. Este seminario introductorio ofrece un marco teórico y cultural para comprender los aspectos esenciales de esta medicina tradicional y su uso ceremonial.

Las siguientes preguntas frecuentes han sido recopiladas para ofrecer claridad sobre el contenido del seminario, el enfoque que propone y cómo prepararte para participar con respeto y conciencia en este espacio formativo.

La seguridad es un pilar esencial en toda ceremonia con ayahuasca. El proceso debe desarrollarse bajo la guía directa de un chamán experimentado, que conozca profundamente el manejo de las plantas maestras y los estados ampliados de conciencia. 

Antes de cada ceremonia, es fundamental realizar una evaluación individual para comprender el estado físico, emocional y espiritual de cada participante. La ceremonia debe tener lugar en un entorno cuidado, que favorezca el recogimiento, el silencio y la estabilidad energética. 

Quienes acompañen este proceso deben estar atentos en todo momento y conocer con profundidad la planta y su modo de actuar en cada persona. Solo así puede mantenerse la integridad del trabajo y el respeto por la tradición.

La preparación para una toma de ayahuasca implica una limpieza física y mental a través de ciertas dietas, la abstinencia de sustancias y un enfoque espiritual sostenido por el silencio, la meditación y la introspección. 

También se considera importante el resguardo de la energía vital, especialmente la sexual, como una forma de preservar la fuerza necesaria para atravesar el proceso con lucidez. Seguir estas pautas con respeto es una forma de honrar el camino, como quien se deja guiar por la palabra de los mayores. 

Todos estos cuidados también deben mantenerse, al menos, durante dos semanas después, para asentar el trabajo y sostener la claridad alcanzada.

Durante el proceso con ayahuasca, pueden emerger emociones intensas, visiones profundas o momentos de vulnerabilidad que requieren sostén. En esos tramos delicados, la presencia del maestro es fundamental: alguien que conoce los caminos del espíritu, que ha transitado esas aguas y puede orientar con firmeza y serenidad cuando hace falta. 

Junto a él, es importante que haya un equipo experimentado, capaz de asistir con respeto, sin interrumpir el trabajo interno. Ese acompañamiento también implica cuidar el entorno, sostener el silencio y velar por el bienestar de todos los presentes. 

Cuidar a cada persona es también cuidar al grupo entero, que en esos momentos forma una familia en camino.

No todas las personas que están bajo tratamiento médico o psicológico pueden participar en una ceremonia con ayahuasca. Existen medicaciones que pueden generar interacciones peligrosas con la planta, así como ciertos estados mentales que requieren una evaluación cuidadosa antes de avanzar. 

Por eso, es fundamental compartir esta información con claridad, para que quienes acompañan el proceso puedan valorar cada situación con criterio. En una ceremonia bien conducida, se actúa con prudencia y no se toma ninguna decisión a la ligera: se respeta el estado actual de cada persona

El proceso con ayahuasca puede abrir caminos de transformación profunda a nivel físico, emocional, mental y espiritual. No se trata solo de visiones o limpiezas, sino de una forma de sanar desde el origen, reconociendo las raíces del dolor y devolviendo a la persona el vínculo con su esencia. 

Muchas veces, esto implica atravesar lo que más evitamos: miedos, heridas antiguas o partes de nosotros que duelen. Pero justamente es al enfrentar esas zonas oscuras con coraje, dedicación y la entrega de lo mejor de uno mismo que surge lo más valioso: una reconexión profunda con lo sagrado, un aumento tangible de la energía vital y una inspiración renovada, que alinea a la persona con su propósito verdadero y fortalece su camino interior.

Las experiencias vividas en una ceremonia con ayahuasca no se cierran cuando termina la noche. En realidad, es después donde comienza una de las partes más importantes: la integración. 

Esto implica observar cómo lo que vivimos en la ceremonia se refleja luego en nuestra forma de mirar, de vincularnos, de caminar por el mundo. Mantener una alimentación cuidada, cierto silencio interior y un ritmo de vida más simple en los días posteriores ayuda a sostener la claridad alcanzada. 

Pero lo esencial es poder aplicar lo vivido al volver al trabajo, a la familia, a las decisiones cotidianas. Integrar no es comprender todo, sino permitir que la ceremonia siga obrando en nuestra vida, sin apuro y con humildad. presentes, cómo elegimos y cómo nos relacionamos con lo que somos.

En el chamanismo auténtico, no hay improvisaciones ni fórmulas inventadas. Lo que se transmite viene de generaciones enteras que han cultivado su relación con el mundo espiritual en contextos reales, desafiantes, y profundamente humanos. 

Aprender dentro de un linaje ancestral es preservar la fuente de la enseñanza, cuidar su fuerza original y proteger a quien se inicia. Un linaje no es solo una cadena de maestros: es una corriente viva que se ha pulido en la práctica, en la selva, en la ceremonia. Allí no se aprende teoría, sino a vivir en presencia, a relacionarse con el propio espíritu y con lo sagrado de la vida. 

Esa transmisión directa no puede reemplazarse por lecturas ni intuiciones improvisadas. Entrar en un linaje es también una forma de rendirse al conocimiento de los mayores, reconociendo que uno no camina solo. Es un gesto de humildad y también de compromiso con lo que se ha recibido. Así, el aprendiz se convierte en guardián, y el camino continúa. Alejarse de esa raíz es como pretender construir sobre arena. 

En tiempos donde la palabra «ceremonia» se usa con ligereza, lo más urgente es volver a lo verdadero: aquello que nace de la tradición y ha sido sostenido con respeto y entrega por los que caminaron antes que nosotros.

El Uwishin no dirige una ceremonia: la habita. Entra en un estado profundo de unión con el Todo y, desde ahí, sostiene el proceso sin imponerlo. Sus cantos no se preparan ni se repiten: emergen del momento, de su conexión viva con la fuerza del espíritu. 

A través de ellos, el Uwishin guía sin palabras, despierta la memoria dormida, llama a lo más sagrado dentro de cada uno. El canto es transmisión. No es música, es poder. Vibra en el hueso, atraviesa la mente, afina el cuerpo como un instrumento del Gran Espíritu. 

Por eso, no cualquiera puede ocupar ese lugar. Se requiere haber recorrido un camino largo de formación y purificación, haber recibido los rezos y cantos, y estar consagrado a sostener ese fuego sin desvíos. Solo así se puede sostener el espacio con firmeza, incluso en los momentos más delicados del proceso.

En la tradición amazónica, la ayahuasca —conocida entre los Shuar como Natem— es considerada una planta maestra por su capacidad de revelar, sanar y transformar profundamente al ser humano. 

No se trata de una sustancia visionaria más, sino de un espíritu con inteligencia propia, que enseña desde lo más profundo del ser. Durante la ceremonia, Natem actúa como un espejo que muestra sin adornos los condicionamientos, los engaños del ego, las emociones ocultas. Puede ser una experiencia intensa, pero justamente por eso es eficaz. 

Esta planta maestra ayuda a deshacer lo que sobra y a recordar lo esencial. Su poder no reside solo en lo que muestra, sino en lo que despierta: una fuerza vital que reorganiza, limpia y reaviva la conexión con la dimensión espiritual de la vida. 

Por eso, en una ceremonia auténtica, guiada por un maestro experimentado, la ayahuasca se convierte en una aliada insustituible en el proceso de sanación y despertar de la conciencia.

En el marco de una ceremonia ancestral de ayahuasca, el tabaco es mucho más que una planta auxiliar: es una planta maestra que ocupa un rol esencial. Entre los pueblos originarios amazónicos, como los Shuar, se lo considera la sangre de Arutam, el Gran Espíritu. 

No se fuma, se prepara en agua y se inhala en momentos clave: al comenzar, para abrir el canal espiritual, y al finalizar, como cierre sagrado del proceso vivido. El tabaco estabiliza, protege, prepara el cuerpo y la conciencia para lo que está por llegar, y guía el regreso hacia la integración. Durante los momentos más intensos, el tabaco calma o aviva la visión, según lo que se necesite. 

En manos del Uwishin, se convierte en rezo y canal de alineación con el Todo. Tocado con respeto, despierta la memoria sagrada que nos recuerda quiénes somos realmente. Su espíritu, inseparable del de la selva, se vuelve puente hacia la unidad.

Una ceremonia con ayahuasca no es, en absoluto, una experiencia recreativa. Quien se acerca buscando sensaciones nuevas o alguna forma de evasión, se está alejando del verdadero sentido de este camino. 

La planta sagrada, utilizada por generaciones de pueblos originarios en la selva, exige respeto, compromiso y la guía de un maestro que sostenga con experiencia el espacio ceremonial. La ayahuasca no viene a distraer: viene a mostrar lo verdadero. 

Saca a la luz lo que escondemos, confronta nuestros mecanismos de defensa, nos desnuda por dentro y nos devuelve al corazón. Solo en una ceremonia bien dirigida, con tradición y entrega, ese proceso puede tener lugar de forma segura y profunda. Y es en los momentos más difíciles donde se ve la intención real del que busca. 

El que viene por curiosidad o con ganas de experimentar se encontrará con lo que rehúye, y probablemente se resista. Esa resistencia genera confusión, no solo para uno mismo, sino también para los demás. En cambio, quien se entrega con humildad, encuentra en ese mismo punto de quiebre una puerta hacia la verdadera transformación.